Balacheff (2000) identifica explicación, la prueba y la demostración (en orden creciente de formalización) como los procesos de validación que permiten llegar a la convicción sobre una conjetura. En la explicación el sujeto locutor establece y garantiza la validez. El paso de la explicación a la prueba hace referencia a un proceso social por el cual un discurso que asegura la validez de una proposición cambia de posición siendo aceptada por una comunidad. Una prueba es una justificación informal que no tiene la generalidad suficiente para ser considerada una demostración formal.
Nos interesamos por indagar sobre las explicaciones y pruebas que realizan los estudiantes de infantil y primaria. A una edad temprana, hay alumnos que están capacitados para realizar pruebas vinculadas a lo empírico (e.g., Maher y Martino, 1996) pero, en general, los estudiantes de los niveles educativos medios no suelen realizar procesos de validación formales para justificar sus propias conjeturas (Cañadas, 2007).